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Rubén Navarro, fundador y CEO de las casas prefabricadas inHAUS: “nuestra propuesta de valor es la conveniencia de tener el producto en vez del servicio”

 

Saber adaptarse es esencial, y también lo es tener la visión necesaria para detectar una buena oportunidad, incluso cuando esta llega después de un problema o una crisis. Muchas cosas han cambiado en estos tiempos. Una es clave: la inmediatez. No toleramos los plazos largos. Vivimos en la era de la transformación ultrarrápida y de la dopamina de la notificación. Es por ello que, en algún momento debía llegar a nuestros modos de vida el fenómeno de las casas prefabricadas

 

Esto, claro, también ha permeado en el sector de la arquitectura y de la construcción, pero una casa, al menos por el momento, no se puede comprar por Amazon y recibirla al día siguiente gracias a un servicio prime (que no va a impedir que el gigante del e- commerce que comenzó como librería despida a diez mil trabajadores este mes de noviembre). Mientras algo así llega —sin tener ninguna prisa por que ocurra—, hay quien ya ha sabido responder a esa demanda de un hogar por una vía mucho más rápida y ágil que la tradicional. 

 

La empresa que ha transformado el paradigma: casas prefabricadas InHAUS

 

A estas alturas es difícil no haber oído hablar de inHAUS, empresa valenciana con vocación, proyección y crecimiento internacional dedicada a fabricar casas modulares, prefabricadas. Sin embargo, ese no era su primer modelo de negocio. En Archiff hemos querido conocer las reflexiones de su fundador y CEO Rubén Navarro, fruto de la perspectiva que otorgan ya unos sólidos años de existencia. El modelo original de negocio de inHAUS fue un e-commerce de venta de proyectos cerrados, con el precio cerrado, pero en papel, es decir: la idea partía desde el lado del diseño, del arquitecto.

 

“En el sector de la arquitectura y la construcción se invierte mucho tiempo en hacer proyectos que luego a lo mejor económicamente no son viables. La idea era darle la vuelta a ese modelo y generar proyectos con un precio cerrado, y venderlos”, explica Navarro. Preguntado por sus hitos, destaca que la primera venta fue en Barcelona, en lugar de en Valencia, algo que les dio que pensar. A continuación vendría la gran visibilidad que conllevó el Premio al Joven Empresario en 2017, la primera casa vendida en Francia —un punto de inflexión para la empresa, que asumió que no iban a trabajar exclusivamente a nivel local—, y por supuesto la repercusión que tuvo el ser incluidos en la lista de los cien españoles más creativos en el mundo de los negocios de Forbes, no tanto por el reconocimiento personal, sino por lo que supuso de cara a dignificar una casa industrializada como las que produce inHAUS, algo que tuvo un efecto muy positivo en el sector. 

 

¿Por qué decidió inHAUS virar en su modelo de negocio, de vender proyectos en papel para que el cliente buscase su propio constructor, a encargarse de todo el proceso?

 

Precisamente por esa visión que mencionábamos, por el hecho de detectar que el cliente quería tratar con un único interlocutor, y de paso que fuese todo más fácil de lo que lo suele ser proyectar y construir una casa. Pasar de diseñar, a diseñar y fabricar fue un verdadero cambio: otro lo fue el pensar en internacionalizar. Cuenta Navarro que en ningún momento se le pasó por la cabeza al principio exportar casas. Pero alguien tenía que hacerlo, y ahora es inHAUS quien lo hace. Además, hubo una fecha muy concreta en la que supieron que todo tenía que cambiar.

 

“Hubo un día en que nos dimos cuenta que más que arquitectos, de lo que estábamos haciendo era de empresarios, de gestores, y fue cuando decidimos montar la fábrica. Fue un día muy señalado, muy significativo. Era la quinta casa que hacíamos con la competencia; nosotros éramos arquitectos, y nos dimos cuenta de que lo que nos estaban entregando nuestros proveedores no estaba a la altura de lo que nuestros clientes querían, y montamos una casa que salió bastante mal. Nos costó muchísimo montarla, nos costó muchísimo de fabricar; nosotros normalmente montamos 80 metros de casa a la hora, y para esa casa de 120 metros estuvimos doce horas. Fue realmente mal. Ese día fue en el que nos dimos cuenta de que teníamos que dejar de ser arquitectos y coger las riendas, ser los empresarios para llevarlo adelante todo. Eso fue un catorce de octubre, eran las once de la noche, estábamos muy cerca de Valencia montando esta casa, y unas horas después nacía mi segundo hijo, así que sí, fue un día muy significativo”.

 

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La decisión de pasar a formar parte de un modo integral de la propuesta de valor de inHAUS, dice Navarro, en realidad ya estaba tomada. Solo hacía falta que algo saliese mal, o visto desde otro ángulo: que hubiese una oportunidad.

 

Se abría un nuevo camino ante ellos. Uno que le ha llevado a afirmar que él es arquitecto y empresario, en ese orden, pero sobre todo, emprendedor, porque todos los días inventan algo nuevo, hay que generar un modelo de negocio nuevo para cualquier idea nueva, con un nuevo presupuesto, y una nueva gestión. Afirma Navarro que desde pequeño siempre ha sido emprendedor —ya apuntaba maneras tratando de levantar una cadena de distribución de periódicos por las urbanizaciones—, y que cuando acabó arquitectura lo que más le interesaba era la parte relativa al negocio.

 

“Hay que desarrollarla mucho. Solo con lo que aprendes en la escuela es imposible gestionar una empresa, incluso un estudio de arquitectura te va a resultar difícil. Hay que cultivarlo. En la formación de cualquier profesión, sobre todo en España, la parte de negocio es casi nula. Hasta que entendimos las cuestiones de recursos humanos, hasta que entendimos las cuestiones de financiaciones, las que tienen que ver con liderazgo… hasta que entiendes eso, te pueden salir bien las cosas de manera natural, pero realmente no estás teniendo el control. Antes o después te vas a pegar una torta, por eso lo mejor es formarse, y formarse todos los días”.

 

Rubén Navarro transmite serenidad e inteligencia. Y honestidad. Nos cuenta cómo para él esas tortas, esos baches en el camino que hacen que perdamos el equilibrio e incluso caigamos momentáneamente, son una manera excelente de aprender. “Tienes que cometer errores, y eso es lo que te va a hacer más fuerte. Esa es la manera: interiorizar los errores, entenderlos, asumirlos, pagarlos y seguir creciendo”. Algunos errores, en el sector de inHAUS, se pagan caro literalmente: costó dinero conseguir la precisión a la hora de transportar sus casas de la que hacen gala hoy día y que impide que se rompan. Ciento veinte casas después, esa experiencia ya se ha adquirido. 

 

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La importancia de la innovación

 

“La propuesta de valor de casas inHAUS es la conveniencia en el proceso entero. Es decir: para alguien que quiere hacer una casa en su parcela, nuestra propuesta de valor es que le estás englobando absolutamente todo, con un único interlocutor y con un precio cerrado desde el día uno, y unos plazos muy rápidos. La propuesta de valor es la conveniencia de tener el producto, en vez de el servicio”. La estrategia comercial de inHAUS, todo un referente de innovación y de visión de negocio en el sector, se basa, al fin y al cabo, en enamorar al cliente con un producto, haciéndole ver además que con inHAUS va a obtenerlo con mucho menos esfuerzo, y eso es un factor determinante, más ahora que nunca.

 

Hablábamos al principio del cambio, terminamos con el cambio, porque no solo cambian los procesos, sino también los clientes, y hay que tener los ojos bien abiertos para comprenderlo (y sacarle partido).

 

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